13/8/07

Labor sin esperanza?

Cada día, cuando debo atender a muchos jóvenes de mi colegio, que llegan a mi por múltiples razones, la mayoría buscando algún apoyo para sus dificultades en el salón, el patio del colegio o hasta sus casas, me pregunto por qué a veces nuestra labor como docentes pareciera no tener esperanza.

Cuando veo en la cara de alguno de ellos el dolor, la rabia, la tristeza o el desasosiego, trato de descubrir detrás de ese gesto un sentimiento en el que quizá yo o alguno de mis compañeros no hemos reparado o tal vez tenemos algo de responsabilidad.

Entonces me esfuerzo en que mi acción, mis palabras o mis gestos mitiguen esa incomodidad que lo ha llevado hasta mi escritorio, trato de resolver esa inquietud que no le ha permitido esbozar la sonrisa que normalmente acompaña a todo joven. Y cuando de sus bocas salen palabras de rencor contra alguno de mis compañeros, trato de colocarme en los zapatos de ambos: en los del joven porque nunca quisiera que alguno de mis hijos pasara por algo similar; en la de mi compañero porque intento descubrir cuánto cansancio, estrés, angustia o dificultad familiar hubo detrás de ese acto que rompió en pedazos la esperanza que aquel joven tenía puesta en su maestro.

En medio de la desesperanza que pareciera invadir cada espacio de nuestras escuelas, siempre habrá una sonrisa de un niño o un joven agradecido, una palabra de afecto y gratitud, un "gracias profe" o un "nos vemos" que nos salva, que nos convence de que no estamos allí por error, casualidad ni con todas las posibilidades perdidas. Cuando un papá o una mamá frente a nosotros agradece lo que hacemos por su hijo, recuperamos esa esperanza que nos motivó a hacernos maestros y no ingenieros o arquitectos.

1 comentario:

Nidia dijo...

Muy buen comentario sobre nuestra labor, nos deja la posiblidad de cuestionar lo que estamos haciendo, de reflexionar! soy una convencida que "casi todo" lo podemos solucionar los docentes en dentro del aula de clase; escuchar y tratrar de entender lo que traen los niños y las niñas en su historia de vida, puede ser la clave para ser menos "radicales", menos "agresivos", menos "intransigentes"...porque a veces triunfa nuestro YO, sobre nuestra misión REAL. Este es un Blog y es la oportunidad para hablar y respetar lo que otros opinen, verdad?

Creo firmemente que nuestra labor SI TIENE ESPERANZA, yo creo que todo esta en nosotros " EL AMBIENTE SOY YO" y podemos hacer muchisimo por cada persona que nos rodea, especialmente por los niños y las niñas de nuestro hermosos colegio Tomas Rueda Vargas.

Gracias señor coordinador Alejandro por esta oportunidad.

Un abrazo
Niboca